El lunes pasado, el diario SUR publicaba un editorial con un malvado y significativo título: «Bolivia acosa a Repsol«. Hoy aparece publicada la siguiente carta que envié al director, quien no ha tenido a bien publicarla completa:
Los delitos por los que Repsol ha sido o está siendo investigada allí son relativamente fáciles de investigar: fraudes comerciales y, sobre todo, contrabando. ¿No sería más lógico, en lugar de hablar de persecución, solicitar que la justicia actúe y que, si efectivamente se hubieran cometido, que lo haga con toda su fuerza, teniendo en cuenta que esos delitos nos avergonzarían a los españoles de bien por ser especialmente inmorales, ya que se habrían cometido contra una nación en donde el 65% de sus habitantes son pobres?
¿Por qué nos preocupa tanto que pudieran ponerse de evidencia esos hechos y por qué se quiere evitar que se investigue a Repsol? ¿No tendrá que ver, más bien, con su potencial publicitario que con la legitimidad de los jueces bolivianos?
Juan Torres López
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