Decía Ramón y Cajal que lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia.
Yo he cometido uno y creo que lo mejor que puedo hacer es reconocerlo y rectificar.
En la mañana de hoy leí un artículo del periodista Idafe Martín Pérez en El País titulado Retrato de una obsesión.
Dando por buenas todas las interpretaciones que allí se daban de los artículos que otro periodista, Carlos Segovia, había escrito en El Mundo sobre la promoción y definitiva elección de Nadia Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones, lo mencioné en mi cuenta de X (antes Twitter).
Literalmente, escribí allí lo siguiente:
«Según Segovia, Calviño se va al BEI porque no llega a fin de mes» Una magnífica crónica de cómo hacen periodismo algunos periodistas españoles
De mi texto podía deducirse que Carlos Segovia había hecho la afirmación que yo entrecomillé. En realidad, es una cita literal del artículo de Idafe Martín y, además, esta no refleja algo que Segovia haya afirmado efectivamente, como es fácil de comprobar.
Lamento, pues, que pueda haber parecido que yo puse en boca de este último lo que realmente no ha dicho, y le pido disculpas.
Sinceramente hablando, creí que lo que había escrito Segovia sobre Calviño, a tenor de lo reflejado en el artículo de Martín Pérez, era una muestra más de ese constante azuzar el fuego de unos contra otros que padecemos en España, y por eso mencioné el artículo en mi cuenta de X, incluso alabándolo.
En cuanto he podido, he leído ahora con mayor detenimiento tanto el artículo de este último y también todos los de Segovia que se mencionan en él. Después de hacerlo, debo reconocer honestamente que me parece que no se ha hecho una interpretación ecuánime o rigurosa de lo que ha ido escribiendo Carlos Segovia sobre este tema, con independencia, claro está, de las diferencias de opinión que se puedan tener con las suyas.
Lamento mi ligereza porque, al haber hecho en Twitter el comentario que he citado, puedo haber transmitido una impresión que ahora creo que no hubiera hecho de haber leído con más atención tanto el escrito de Martín como los que este cita de Segovia.
Lo dicho, pido disculpas y rectifico.