Publicado en La Opinión de Málaga. 07-05-2004
Se ha inaugurado esta semana una nueva edición de la Muestra de Mujeres Empresarias y Emprendedoras de Málaga que ha vuelto a tener más participantes que las ediciones anteriores.
Cuando se compara la realidad laboral de España con la de nuestro entorno el dato seguramente más relevante es la baja incorporación de las mujeres a la actividad y al empleo. Mientras que la tasa de actividad femenina (43,9% en el último trimestre de 2003) esté casi 24 puntos por debajo de la de los hombres (67,6% ) el patrón laboral español estará completamente perturbado y desequilibrado.
Para ir resolviendo ese problema es fundamental actuar, al menos, en dos líneas principales. Una, la promoción de los empleos no precarios a tiempo parcial. La otra, el fomento del autoempleo y de la creación de empresas por parte de mujeres.
Es muy difícil saber con exactitud el número de empresarias existentes en España. Si se toma como referencia el número de empleadoras, la Encuesta de Población Activa indica que son unas 200.000, es decir, un 20% del total nacional. Una cifra baja pero que ha crecido mucho desde el 9% de 1983 y el 16% de 1993. De hecho, en 2000 nos encontrábamos por encima de la media europea en cuanto a porcentaje de empleadoras en sectores como la industria, construcción, distribución, y transporte y comunicaciones.
La existencia de mujeres empresarias es singularmente importante por muchas razones. Por un lado, porque a diferencia de lo que ocurre con los hombres, no suelen adquirir las empresas por herencia o estando en marcha, lo que significa que son bastante más innovadoras y emprendedoras. Por otro lado, está demostrado que el incremento del empresariado femenino impulsa muy positivamente el mayor crecimiento económico. Y, por si esto fuera poco, parece también un hecho contrastado que las mujeres empresarias son mucho mejores gestoras porque manejan el riesgo y la marcha de la empresa con una combinación de intuición, capacidad analítica y de creación de redes muy superiores a la de los hombres.
En los últimos diez años las empresas creadas por mujeres en España han sido el doble que las creadas por hombres. Es un buen dato, pero no hay que olvidar que esa proporción en Estados Unidos es de cuatro a uno. Hay que seguir, pues, apoyando la discriminación positiva hacia las mujeres también a la hora de fomentar la creación de empresas.