Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Necesitamos otro gobierno

Transcribo a continuación el manifiesto que he firmado junto a otras personas reclamando un gobierno de regeneración democrática para España. Quizá valga la pena difundirlo lo más posible.

NECESITAMOS OTRO GOBIERNO

Decisiones apremiantes

Las elecciones del pasado 20 de diciembre han deparado un resultado que casi todo el mundo consideraba previsible: un mapa de partidos mucho más abierto que impide mayorías automáticas en torno a los dos más poderosos, el PP y PSOE, como ha venido sucediendo hasta ahora.

Es verdad que eso produce más inestabilidad y mayores incertidumbres pero también creemos que esos resultados pueden abrir la puerta a cambios muy positivos si somos capaces de aprovechar las oportunidades.

Muchas personas consideran que la mayor complicación a la hora de formar gobierno es una desgracia para nuestro país y añoran la vieja forma de hacer política pero nosotros creemos, por el contrario, que se trata de una circunstancia afortunada que responde a un hecho fundamental: una proporción cada vez mayor de los españoles quiere romper con la política de imposiciones y de “leyes de rodillo” propias de mayorías parlamentarias  absolutas, y prefiere que predominen el acuerdo, la negociación, el equilibrio y la proporcionalidad entre los diferentes intereses en juego.

Las elecciones se celebraron después de mucho tiempo de debate y reflexión, no solo por parte de los partidos sino de toda la sociedad, lo que ha permitido poner de manifiesto la enorme crisis que nos envolvía, los abusos, fraudes, corrupciones, transgresiones e irregularidades de todo tipo que se han generado en los últimos años y, sobre todo, que se estaban aplicando políticas que sufrían los sectores más débiles y necesitados. Se extendió la idea de que las nuevas elecciones eran el momento en el que la ciudadanía podía mostrar su demanda de regeneración y cambio ante un edificio institucional que hacía aguas por todas partes. Y eso es lo que ha ocurrido: las elecciones han venido a demostrar que hay ya una gran parte de la sociedad española que no quiere seguir siendo prisionera  de un sistema económico que acrecienta sin cesar  las desigualdades ni  esclava de una política despiadadamente clasista, injusta, patriarcal, discriminatoria y que atenta contra los principios y derechos básicos que con grandes palabras se establecen en nuestra Constitución.

Solo los tres partidos más fuertes que reclamaron, con un signo u otro, un claro cambio de tendencia (PSOE, Podemos y Ciudadanos) han sacado más del doble de los votos recibidos por el PP, lo que indica claramente que es muy mayoritaria la sociedad española que reclama cambio, regeneración política y reforzamiento de una democracia cada vez más amenazada. Y también ha sido mayoritaria la opción electoral de izquierdas que, también con mayor o menor intensidad, ha propugnado combatir la política europea de austeridad y tratar de poner en marcha otras políticas sociales y económicas.

Por tanto, satisfacer la demanda mayoritaria de los españoles y españolas que han votado en estas últimas elecciones obliga a formar OTRO gobierno, con fines diferentes a los del anterior, con otra forma de tomar las decisiones y de dirigir la vida política y la de las instituciones.

Si se quiere satisfacer la demanda que el electorado ha expresado con su voto, como es obligado, ya no se puede seguir haciendo una política económica y social que tan claramente ha beneficiado a unos pocos, haciendo que España se convierta en el país europeo con más desigual de ingresos entre ricos y pobres, según la OCDE, y en donde más ha crecido la desigualdad durante la crisis, no solo porque las reformas laborales orientadas a disminuir el poder negociador de las clases trabajadoras produce una constante caída de los salarios en la renta nacional sino también porque, para colmo, los gobiernos han redistribuido la riqueza a favor de los grupos sociales de mayor renta.

No se puede tampoco imponer por decreto a los demás las preferencias que son claramente las de grupos sociales minoritarios, deteriorando para ello los criterios de elemental proporcionalidad y llegando a desvirtuar  en ocasiones el papel independiente, arbitral y equilibrado que deben tener instituciones como la magistratura. Y hay que hacer política de otra forma, más amigable y menos frentista, que parta del principio de que la diversidad nos enriquece y que los que piensan diferente no son enemigos sino simplemente compatriotas que también tienen derecho a expresar sus ideas y a tratar de llevarlas a cabo.

Necesitamos y reclamamos otro gobierno que ponga en marcha una auténtica regeneración de nuestra vida política e institucional. Que refuerce la  democracia y se comprometa de veras con la igualdad, la justicia, la solidaridad, la libertad y el ejercicio efectivo de los Derechos Humanos, que promueva y asegure la convivencia entre todos los españoles  poniendo al día y modificando la Carta Magna que desde 1978 ha sido suprema referencia y garantía pero que ahora requiere adaptaciones y reformas, especialmente en el Título VIII relativo a la estructura del Estado. Y que  promueva una nueva ley electoral que corrija las actuales deficiencias y permita que los elegidos puedan ser revocados por los electores si incumplen sus mandatos.

Necesitamos y reclamamos otro gobierno que defienda los intereses generales, particularmente justicia, educación, sanidad, atención a la infancia y a la dependencia, igualdad de género ciencia y protección del medio ambiente, como prioridades permanentes y que, aunque actuando con lealtad ante nuestros socios europeos, no entregue nuestra soberanía a los poderes económicos y financieros ni a instituciones que desprecian e ignoran los derechos del Pueblo.

Necesitamos y reclamamos otro gobierno que propicie grandes acuerdos de Estado para combatir todas las manifestaciones de la desigualdad, para salvaguardar los derechos sociales y el funcionamiento adecuado de los servicios públicos de bienestar, para hacer equitativas y eficientes las políticas de redistribución de las rentas y para evitar que los salarios sigan cayendo llevándose tras ellos a miles de pequeñas y medianas empresas.

Necesitamos y reclamamos otro gobierno que ponga las bases para otra política económica que cree riqueza, empresas y empleo, que evite que siga aumentando la deuda y el trabajo precario e incluso basura, como ha ocurrido con el último del Partido Popular, que incentive el uso sostenible de los recursos y el respeto del medio ambiente así como la actividad realmente productiva en detrimento de la especulación y la cultura del pelotazo, y que reorganice el sistema de cuidados para combatir las discriminaciones y carencias actuales.

Necesitamos y reclamamos otro gobierno que garantice que todas las personas tengan acceso a fuentes de información plural y que se ponga a su disposición la que sea necesaria para saber con transparencia y objetividad lo que ha pasado en España en los últimos años y que ha provocado tanto sufrimiento, quiénes han provocado la crisis y quiénes se han beneficiado de su desencadenamiento y de las políticas adoptadas en este tiempo. Y, sobre todo, que impida que las administraciones utilicen los medios públicos de comunicación o incluso las políticas de seguridad o defensa nacional como instrumento partidista o fuente de lucro para unos pocos.

Somos conscientes de que esta alternativa es difícil de poner en marcha y que su andadura se enfrentará también a todo tipo de obstáculos. Es más fácil ordenar unilateralmente e imponer que consensuar, y en etapas anteriores se ha podido comprobar que el egoísmo de los grandes grupos de poder (que siempre han creído que España es suya y que solo ellos son los auténticos españoles) es ilimitado en nuestro país. Pero por muchas que sean las dificultades nunca serán infranqueable ni mucho menos. La dificultad simplemente nos obliga a realizar un esfuerzo mayor y a cambiar los objetivos, los contenidos y las formas de la política gubernamental.

Frustrar la posibilidad de iniciar un proceso de regeneración política en España sería una enorme desgracia y quien contribuya a ello cargará para siempre con una enorme responsabilidad. Las fuerzas políticas de izquierdas deben intentarlo y sin miedo de involucrar en el esfuerzo al mayor número posible de sensibilidades, con tal de que se haga colectiva la voluntad de asumir principios y cambios de esa naturaleza. Y para ello es fundamental ser consciente de que OTRO gobierno solo puede nacer de nuestra soberanía a los poderes económicos y financieros,  y contribuya a reforzar la unión política, social y económica, limitada hoy a una frágil  unión estrictamenTe monetaria. A una Europa solidaria, destinando los medios necesarios  para la acogida de los refugiados y emigrantes y, muy especialmente incrementando la tan decaída ayuda al desarrollo para evitar los grandes y humanamente intolerables flujos de seres humanos  desamparados, porque no pueden vivir dignamente  en sus lugares de origen.  Reiteramos que es insoslayable y urgente  que se actúe sin dilación  para no seguir permitiendo que mueran de hambre cada día  miles de personas, en su mayoría niñas y niños de uno  a cinco años de edad, al tiempo que se invierten  en armas y gastos militares  más de 3.0000 millones de dólares. Para ello, a  escala mundial debe favorecerse como clamor popular,  un multilateralismo democrático eficiente  procediéndose a una auténtica  refundación del Sistema de las Naciones  Unidas que el neoliberalismo sustituyó pòr grupos plutocráticos (G7, G8, G20,…) Sólo así podría asegurarse el cumplimiento de acuerdos  sobre medio ambiente, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la regulación  de los tráficos supranacionales y garantizarse la eliminación  inmediata de los paraísos fiscales.

Por eso reclamamos diálogo y no confrontación permanente, fraternidad y no agresión y violencia verbal, generosidad e inteligencia por todas las partes a la hora de negociar, para que los acuerdos no se traduzcan en meros repartos de cargos sino en un programa real de cambio.

FIRMAN ESTE TEXTO:

Luis Eduardo Aute

Elena Caballero

José Angel Cuerda

Rafael Díaz Salazar

Benjamín Forcano

Lina Gálvez Muñoz

Carlos Jiménez Villarejo

José Antonio Martín Pallín

Angells Martínez Castells

Federico Mayor Zaragoza

Manolo Monereo

José  Mora Galiana

Ana Noguera

María Pazos

Montserrat Ponsa

Pilar del Rio

Manuel de la Rocha Rubí

Lola Sanjuán

Juan Torres López

Demetrio Velasco

8 comentarios

Matías Oteros 23 de enero de 2016 at 13:11

Necesitamos mejor regla de funcionamiento político que haga posible la Representación (revocable) y la Separación de Poderes (de raíz, no de funciones).

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Miguel Angel Luque Mateo 23 de enero de 2016 at 13:56

Totalmente de acuerdo

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Maria Mendez 23 de enero de 2016 at 16:13

Adelante y que así sea: gobierno de izquierdas

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FERNANDO LÓPEZ VALVERDE 23 de enero de 2016 at 17:03

Una minoría sigue con el común objetivo de mantener a ultranza el sistema actual. Son empresarios y banqueros que dirigen y manejan la economía a su antojo, apoyados por las oligarquías de siempre y más ahora por el contexto globalizador que impone las líneas mundiales del modelo económico neoliberal. Para ello siguen contando con los políticos que legislan sobre nuestras vidas, con los medios de comunicación de su propiedad inductores del debate y cuando lo creen conveniente hasta se valen del incienso incendiario de las ultramontanas doctrinas morales y sociales de algunas autoridades religiosas. Así, con una bajísima participación de la ciudadanía han provocado que nuestro país caiga por los suelos en una democracia poco representativa, que sólo le sirve a los pocos que configuran la casta.

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Vicente Ros 23 de enero de 2016 at 18:51

Hay que seguir con el cambio y no dar marcha atrás ahora. El pueblo espera ese pacto del pueblo y para el pueblo

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Francisco Javier Castellanos Murillo 23 de enero de 2016 at 20:04

Yo también me sumo al deseo de que se configure un nuevo gobierno de izquierdas, aunque humildemente pienso que, aunque sería mucho mejor que lo que hemos tenido durante los últimos cuatro años, no sería suficiente para afrontar los cambios necesarios para profundizar en democracia y libertad.
El capitalismo es mucho más que un sistema económico. La gran fortaleza del capitalismo está en la generación de un cultura invasiva que por donde pasa destruye culaquier otra alternativa a su propio sistema. Por consiguiente, el primer esfuerzo debería de ser estimular el cambio cultural, con nuevos valores y objetivos socio-económicos. El valor de una persona o de todas las personas que conforman la sociedad no debería de ser la riqueza económica. Este camino ya sabemos que conduce directamente a la desigualdad, la violencia y la destrucción.
La necesidad de arbitrar mecanismo para crear y premiar un nuevo modelo de ciudadano es la clave para conquistar el cambio que la mayoría de la sociedad demanda. Pondré algunos ejemplos sin extenderme demasiado sobre esta cuestión: premiar y no castigar a los que denuncian la corrupción, premiar y no castigar el esfuerzo de las mujeres (tanto en el ámbito familiar como en el laboral) premiar y no castigar a los que concilian vida laboral y familiar, premiar y no castigar a los que huyen de la barbarie de la guerra, premiar y no castigar a los activistas sociales, …En definitiva, premiar y no castigar a los que queremos hacer posible aquello que encarna nuestros más elevados ideales, y que la mayoría de la clase política propone en sus acalorados discursos, aunque no tomen ni una sola medida para su efectiva consecución.

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Susana 24 de enero de 2016 at 15:11

No acabo de entender la necesidad de este manifiesto,ahora, una vez que nos hemos pronunciado en las elecciones y que sabemos que sólo Podemos y asociados, junto con IU ,están por un gobierno como el descrito en este manifiesto -en el PSOE dependerá de la fuerza de su militancia frente a los barones. ¿No sería más fácil apoyar la iniciativa de Podemos,de la que Equo forma parte? . Aute y Juan torres ¿a quién votaron?
Si lo que pretende este manifiesto es quitarse de encima a los nacionalistas, y obtener apoyo de C´s, deberían ser más claros en su exposición y obtendrían entonces apoyos conscientes.Si este no es el caso no entiendo el propósito del manifiesto una vez que, como decía,Podemos ya ha hecho la propuesta del gobierno por el que ustedes abogan en el manifiesto -como si acabaran de caer de un guindo. Es momento de clarificaciones y de aportar ideas diáfanas y no de manifiestos de amigotes que nada nuevo dicen ni nada nuevo aportan.Hablen claro sobre el incoveniente de que en este momento se hable de referendo de autodeterminación, tema importante para su análisis,y que me huelo es lo que les sobra para no salir apoyando la iniciativa de Podemos y ,cobardemente, les lleva a redactar este manifiesto.Mareando la perdiz ya hay gente de sobra en prensa y tertulias. Salud

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Andres Villalba 28 de enero de 2016 at 14:41

Reproduzco una interpretacion en relacion con este manifiesto que en cualquier caso resulta interesante: http://canarias-semanal.org/not/17651/veinte-intelectuales-afines-a-pablo-iglesias-reclaman-un-gobierno-psoe-podemos-ciudadanos/

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