Carta abierta al al Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC)
Hace unas semanas acepté encantado vuestra invitación a participar en un acto organizado por vuestro sindicato para analizar en la Universidad de Valencia la economía y la situación política de Venezuela. Ahora me veo en la obligación de rechazar esa invitación al enterarme de vuestro comportamiento político de corte fascista en la misma universidad en la que queríais que interviniese.
Leo en los medios de comunicación que mostrando una pancarta que decía “Açò no és espanya, fora polítics de la universitat» increpasteis a la vicepresidente del gobierno y candidata al Congreso de los Diputados, María Teresa Fernández de la Vega, limitando su libertad de expresión y manifestando una posición política que no puedo compartir ni amparar.
¿A qué iría yo a esa Universidad invitado por vosotros para hablar de la revolución venezolana sino a hacer política? ¿y qué hacéis vosotros, sino política, cuando sacáis pancartas y protestáis ante una vicepresidenta del gobierno?
¿Y acaso no son políticos quienes hacemos política?
Es cierto que yo no soy un político profesional porque no vivo de la política pero soy un ciudadano, y como tal un político, alguien que se preocupa por los asuntos colectivos. Y, puesto que vosotros gritáis para que los políticos queden fuera de la universidad es un contrasentido que me invitéis para hablar de política, venezolana y mundial en este caso, y por tanto como político.
Pero no solo rechazo vuestra invitación por esta última razón, que más bien considero expresión de la ingenuidad o la estulticia política.
Es que además me resulta aborrecible un grupo político que pide que la política y los políticos queden fuera de la universidad. Eso es lo que oía en el franquismo y no estoy dispuesto a que se me imponga de nuevo un régimen “apolítico” que en realidad esconde el dominio de los oligarcas o de los que buscan gobernar a los demás en la sombra.
Yo quiero a los políticos y a la política, es decir a la preocupación por los asuntos de las polis y a quienes se hacen cargo de ellos, en la universidad, en las calles, en los medios de comunicación, en los sindicatos, en los debates ciudadanos… porque solo llevando la política a la gente podremos lograr que la política sea una actividad noble y liberadora, como es necesario que sea.
Y por último, aunque no es lo menos importante, rechazo vuestra invitación porque no puedo compartir actos con quienes cercenan la libertad de expresión de los demás, con quienes no respetan la opinión de los otros o con quienes en lugar del debate prefieren los gritos y los insultos.
En definitiva, como un imperativo moral frente a vuestra actitud totalitaria, como expresión de solidaridad con la vicepresidenta del gobierno y como afirmación radical, firme y militante de la libertad de expresión, rechazo vuestra invitación y al mismo tiempo os censuro con mis modestas fuerzas un comportamiento que considero impropio de los ideales de la izquierda y que solo sirve a los poderes reaccionarios.
Juan Torres López, Málaga 27 de febrero de 2008