Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Nociones de economía a cuenta de Colmenero y una cuarteta de propina

 Es semana de Feria en Sevilla y como no me dedico a visitarla  (miento, iré un rato mañana) tengo unos minutos para volver sobre lo que señala Colmenero en su nuevo comentario, aunque antes que nada quiero  agradecerle su atención y el tiempo que dedica a este modesto blog  cargado de heterodoxia.
 Lamento decírselo así pero creo que lo que dice es el resultado de que  desconoce asuntos básicos de la economía y sobre todo uno principal: el  mercado no crea riqueza. Puede ayudar a crearla y por tanto a repartirla pero no la crea por sí mismo.
 Señor Colmenero, quédese vigilando la puerta de un mercado cercano a  su casa esta noche cuando cierre hasta que lo abran mañana: ¿habrá  mañana más riqueza?¿podría haberla? ¡Claro que no! El mercado por sí  solo no la crea. Es uno de los mitos con los que engañan a la gente como usted. Son los individuos quienes crean la riqueza y quienes, a lo  sumo, pueden utilizar el mercado (como otros medios) para ponerla a  disposición de otras personas.
 Y si los mercados no crean riqueza por sí mismos, es evidente al mismo  tiempo que tampoco pueden ser el único medio para crearla. Le brindo  otro ejemplo: suponga que yo soy un mago que puedo hacer magia solo con  mis manos y con unas piedras del camino para distraer a la gente. Y si  no le gusta la magia piense que cultivo tomates. Así creo riqueza, y  cuando la obtengo puedo decidir convertirla en una mercancía  ofreciéndola en el mercado o donarla a una ONG para que la lleve a donde quiera que sea, o la puedo ofrecer a cambio de comida y alojamiento…
 ¿Ve usted, Colmenero, que el mercado ni es lo que crea riqueza ni el  único procedimiento para valorarla y distribuirla? Soy yo, en este caso, quien la crea. Y puedo utilizar diversos procedimientos para ponerla a  disposición de otros individuos (uno de los cuales, solo uno de ellos,  es el mercado).
 ¿De verdad necesita Colmenero que le enumere docenas de  actividades que crean riqueza y que no tienen nada que ver con el  mercado? 
 La historia está llena de ejemplos de lo que le digo, así que decir hoy  día que el mercado es la única fuente de la riqueza es una simpleza, por no calificarlo de otra forma. 
 Tampoco parece que Colmenero conozca bien qué es el estado de bienestar. Admito que es una cuestión más compleja y que quizá yo utilicé el  concepto demasiado alegremente pero lo cierto es que Colmenero no sabe  lo que dice cuando afirma que «El estado de bienestar es sólo un reparto de esa riqueza previamente generada». Es un error doblemente garrafal.
 Primero porque la economía no tiene nada que ver con la repostería. Si  Colmenero, o yo mismo, hace un pastel, primero, efectivamente, lo  produce y luego lo reparte. Eso es verdad, pero lo que ocurre es que en  economía las cosas no suceden así.
 En economía, al mismo tiempo, exactamente al mismo tiempo que se está  produciendo ya se está repartiendo de una u otra forma. Por tanto, no  puede decirse que primero haya producción de riqueza y luego, más tarde, su reparto, primero mercado y más tarde estado de bienestar.
 El estado de bienestar es otra cosa. En realidad, básicamente es un  acuerdo social entre clases para garantizar un determinado reparto de  las rentas y, justamente por eso, equivale también a un modo de  producir que incluye bastante provisión de bienes públicos. Precisamente porque a través solamente del mercado no se podría garantizar ese pacto de rentas. 
 Sí es verdad que el estado de bienestar solo existe porque antes existió el mercado. Pero no por las razones que apunta Colmenero sino porque el mercado lo hacía tan mal que fue necesario el pacto que dio lugar al  estado de bienestar. Y ahora que se está debilitando o rompiendo ya  vemos en qué tipo de economía se está volviendo la capitalista. 
 También se equivoca Colmenero cuando dice que el estado de bienestar se  sufraga con el mercado («es necesario que haya un mercado de donde  detraer los ingresos necesarios para llevarlo a cabo» dice  textualmente). No entiende nada: precisamente lo que hace el estado de  bienestar es crear un espacio diferente, en donde no interviene el  mercado, que crea y distribuye riqueza (bienes y servicios) al margen  del mercado. Y, además de eso, corregir la actividad del mercado para que sea, valga la expresión, menos mercado y más no-mercado. Por eso gusta tan poco a los liberales.
   Y por supuesto, y como consecuencia de todos los errores anteriores,  Colmenero se equivoca finalmente cuando dice: «Usted recibe su sueldo  del sector privado, no del sector público, por mucho que sea éste el que le pague finalmente la nómina. Usted recibe su sueldo gracias al libre  mercado, que es quien le proporciona al Estado los ingresos necesarios, a través del sistema fiscal, para hacer frente a su salario».
 ¿En qué quedamos, en que recibo mi sueldo del sector privado o en que es «gracias a él»?
 
Tendría que suspenderlo, Colmenero, porque sus dos proposiciones son falsas: yo  recibo mi dinero del Estado que se nutre, principalmente, de los  impuestos que pagan los ciudadanos con cargo a la riqueza o a la renta  de la que disponen proveniente, en unos casos, de actividades de mercado y, en otros casos, de actividades ajenas al mercado.
 
 ¿Alguien ha visto alguna vez a un mercado proporcionando ingresos al  estado, como dice Colmenero? ¿Alguien ha visto a un mercado en la cola  de hacienda pagando impuestos? Yo allí he visto a empresarios que sí  están en el mercado, a trabajadores que también están, pero también a  muchas otras personas que para nada tienen actividades de mercado. 
 Y ya para terminar: eso que llama Colmenero «mercado libre» ¿qué es?  ¿alguien conoce alguno? ¿Puede alguien ponerme un ejemplo de mercado  libre? En economía hablaríamos en todo caso de mercados de competencia  perfecta, una ilusión, un truco analítico que si ha existido alguna vez  ha sido en dimensiones extraordinariamente reducidas y por tanto  económica y socialmente insignificantes (en cualquier manual de economía se puede comprobar fácilmente que es simplemente un modelo teórico que  es prácticamente imposible que se de en la realidad). 
 Y con esto termino. Ya no contestaré más a Colmenero por muchos errores más que tenga porque a partir de mañana no tendré tanto tiempo como hoy para ocuparme de ellos. Pero ya que estamos de Feria en Sevilla qué mejor que terminar este debate con buen humor y  para ello se me ocurre ponerle punto final con esta improvisada e  (im)perfecta cuarteta: 

 

 Con liberal embestida
 me fustiga Colmenero.
 Le corrijo: no es la vida
 un mercado, ni el dinero. 

 

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