Me pidieron en el diario Público mi opinión sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2011 y esto fue lo que les dije:
1. ¿Cuál es su valoración del proyecto de Presupuestos?
 Son unos Presupuestos obedientes a lo que están diciendo Europa y la  patronal. Son cobardes, porque no hay detrás un Gobierno que transmita a la sociedad. Y son equivocados, porque retrasan la recuperación.
 2. ¿Es realista un crecimiento del 1,3% para 2011?
  La falta de acierto de las predicciones macroeconómicas es algo  consustancial a los Gobiernos, por lo que no tiene mérito vaticinar que  son previsiones erróneas. A una economía como la española, que está sin  aliento, se le está retirando el combustible, y va a marchar más  despacio. Es una política impuesta por las grandes empresas y la banca,  que tiene unos mercados cautivos, pero que machaca a las pymes.
 3. ¿Los retoques en los impuestos para los más ricos van a servir para algo?
 Son balas de fogueo. La política fiscal tiene dos retos: un plan contra la  economía sumergida y la evasión fiscal y una amplia reforma que  reoriente los impuestos hacia una mayor equidad. Y no hay de eso.
 4. ¿Es correcto centrarlo todo en la reducción del déficit?
 Eso no nos protege de los mercados, que son insaciables. Los especuladores  viven de poner contra las cuerdas al contrario. Se está al resguardo de  los mercados con más regulación y más control sobre ellos. La desgracia  es que bajar el déficit no garantiza que los mercados no vayan a seguir  atizando.
 5. ¿Hay alternativa?
 Los presupuestos de muchos países están dictados por una derecha  cavernícola. Si se acepta el chantaje, no hay alternativa. Pero la hay,  si se aborda una reforma fiscal importante, si se impulsa la demanda con el gasto, y si hay un compromiso de los bancos centrales en la  refinanciación de la deuda. P. G. 
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