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Países Bajos: tenía que pasar

La reciente victoria de la extrema derecha en las elecciones generales de Países Bajos sólo ha podido sorprender a quienes hayan sido ajenos a lo que ha venido pasando en ese país en los últimos trece años.

Desde entonces, viene gobernando la derecha liberal, liderada por Mark Rutte, que no ha parado de llevar a cabo bajadas de impuestos para los más ricos, privatizaciones y recortes en el gasto y las ayudas sociales.

Países Bajos, por ejemplo, tiene uno de los sistemas fiscales más regresivos de Europa: el porcentaje de ingresos dedicado a pagar impuestos en la mayoría de los grupos de renta es de alrededor del 40%, pero sólo el 20% en el 1% más rico de la población.

Los sucesivos gobiernos liberales han hecho una política de vivienda proclive al mercado que ha incrementado la dificultad de acceso a las clases medias, sin mejorar las de ingreso más bajo, y que ha provocado un gran aumento de los precios.

Mark Rutte dijo al principio de su mandato que había que acabar con la idea que, según él, tenían sus compatriotas del Estado: “una maquinita de la felicidad”. Para lograrlo, ha recortado la inversión y el gasto, provocando el empeoramiento de los servicios públicos de salud, transporte, educación, o cuidados (en 2015, se estableció que el de ancianos y dependientes pasaba a ser una “obligación” familiar). La directora de UNICEF en Países Bajos denunció en 2018 que en ese país tan próspero se dejaran de lado los derechos de grupos de niños y niñas vulnerables.

En estos últimos trece años, los sucesivos gobiernos liberales han llevado a cabo una auténtica desposesión de ingresos y derechos de las clases de renta media y baja, al mismo tiempo que han convertido a su país en el paraíso fiscal más agresivo de Europa, concediendo todo tipo de favores fiscales y financieros a las grandes empresas.

Quizá la prueba más evidente de esa desposesión es que las familias de Países Bajos son las que tienen el endeudamiento más elevado respecto a su renta bruta disponible de Europa: 187,03% en el primer trimestre de este año, el doble que las españolas (89,4%).

La estrategia seguida por los liberales holandeses (como los de otros países) para que esa desposesión no se tradujera en una revuelta social ha sido doble. Por un lado, culpar a las clases trabajadoras de derrochar el dinero público y, por otro, hacer responsable a la inmigración de todo lo malo que les estaba ocurriendo.

Lo primero alcanzó su cima más vergonzosa en 2021: hasta el gobierno tuvo que dimitir cuando se descubrió que había acusado de fraude en las ayudas sociales a más de 30.000 familias de bajos ingresos, sin fundamento ninguno. Unos 70.000 niños y niñas sufrieron principalmente la falsa acusación y 1.115 terminaron en instituciones de tutela por esa causa. El discurso contra la inmigración no ha dejado de darse y se ha hecho cada vez más fuerte, justo a medida que crecía la desposesión, cuando la realidad es que los trabajadores inmigrantes se ocupan de los empleos de muy bajo salario y más precarios y que los problemas asociados a la inmigración tienen que ver, sobre todo, con el debilitamiento de los servicios públicos y sociales que he señalado.

A diferencia de lo que sucedía hace unas décadas, la derecha liberal no oculta la desposesión que se produce cuando gobierna. Ahora la reconoce, pero culpando de ella a la inmigración o a los propios desposeídos (como dicen mis colegas economistas liberales, porque no invierten lo suficiente en ellos mismos).

Es ahí cuando aparece la extrema derecha ofreciendo ayuda (soberanía, seguridad, valores tradicionales, defensa de la nación…) y protección frente al enemigo que viene a quitarnos “lo nuestro”.

Ahora bien, aparece la extrema derecha porque al mismo tiempo las izquierdas desaparecen o pierden el norte. En lugar de centrarse en las cuestiones socioeconómicas que condicionan realmente la vida de la gente con un discurso ecuménico, dirigido a las grandes mayorías sociales para protegerlas desde la transversalidad y el sentido común, se dividen y fragmentan para identificarse con los intereses de pequeños segmentos o grupos minoritarios de la población, y dando prioridad a cuestiones identitarias y territoriales o a decirle a la sociedad lo que es o no políticamente correcto. Sin ser capaces de frenar lo que se nos viene encima.

22 comentarios

Miguel Mayol-Tur 24 de noviembre de 2023 at 13:14

¿Las izquierdas?
Ya no existen, siquiera defienden el feminismo de Engels y Beauvoir, y si el anti izquierdista y anti científico ese de «las del patriarcado», creado por las grandes fortunas multinacionales.
Y paradógicamente, desde 1850, (escrito por Marx en 1865 y publicado en 1898) la mejora de la calidad de vida de la clase obrera es la que ha incrementado los beneficios de las grandes fortunas al ser más importantes como clientela (ingreso) que como insumo (costes) y con las políticas ultra derechistas, llegan grandes depresiones, a las que llaman crisis, pero simplemente consiste en que empobrecer a la población no es rentable.
Y no ese sencillo mensaje saben dar las derechas socialdemócratas ni con sus acciones de gobierno, ni con sus promesas, para parecer de izquierdas, porque ya sabemos que fomentar la propiedad colectiva o estatal está fuera de sus propósitos.

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Florentina Andres 24 de noviembre de 2023 at 13:46

Muy bien resumido, profesor. Sintético y estupendamente circular.
Una duda ¿No tiene fuerte importancia el control de los canales de comunicación de masas?. Porque sin ese dato, es difícil entender por qué D. Ayuso obtiene mayoría absoluta en Madrid.

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Juan Torres López 24 de noviembre de 2023 at 15:53

Sin duda. Un abrazo

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Jose Candela 24 de noviembre de 2023 at 14:05

Muy correcto, me gustaría que te hicieran caso allí donde corresponde

Enhorabuena

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Juan Torres López 24 de noviembre de 2023 at 15:53

No confío en eso

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Miguel Jiménez 24 de noviembre de 2023 at 14:20

El triunfo ideológico del neoliberalismo es un hecho en buena parte de la población de los países occidentales incluida Argentina.
La luchas sociales contra esta ideología son difíciles pero necesarias para que nuestros países no se asemejen al Oeste Americano del siglo diecinueve.

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copitodenieve 24 de noviembre de 2023 at 16:32

El último párrafo deja a las claras la egolatría de algunos (?) líderes izquierdistas y de su despreocupación de lo verdaderamente importante aparcando lo bueno para cuando lleguen los nuestros.

Profesor resultan de sumo interés sus artículos y algo de eco tendrán si ayudamos a difundirlos.

Un saludo

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Antonio Moll 24 de noviembre de 2023 at 16:47

Si , es una exposición estupenda de la politica economica y social de las derechas . Y en un pais central en el corazon de Europa . A mi me persigue la misma pregunta . Si el sistema de votación se aproxima a la formula una mujer , un homre un voto ¿ como es posible que las elecciones en este caso en los Paises Bajos las gane una minoria con fortuna dispuesta a excluir a tanta gente para mentener su estatus social .
Hay algo que falla . ¿Es la educación que recibe la juventud ? ¿ No se les enseña cuestiones basicas de economia y derechos humanos ?

¿Es la fascinación contrapoducente que ejercen lo ricos ,por llamarlos de alguna manera , sobre el resto de la población . En estos correos pienso que es mejor ceñirnos a economia y disciplinas saociales . Pero quizas no estaria de mas mencionar a Freud por ejemplo en su libro

«Psicologia de las masas y analisis del yo» No creo que sea dificil encontrar ese libro . Cuando la mayoria afirma que el hombre es un animal social , Freud responde que mas bien es un animal de horda , acostumbrado a tener un jefe . Saludos

‘ Es el atractivo , la fascinación que ejercen lo ricos por llamarlo asi que ejercen

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Juan Muñoz 24 de noviembre de 2023 at 17:01

Lamentablemente, es el mercado. La privatización de servicios sociales y medios de comunicación, sobre todo las televisiones, han conseguido desinformar a una gran parte de la población, lo que hace que voten en contra de sus intereses y a favor de mantener los privilegios de millonarios y grandes corporaciones.
Hay que luchar por mantener los derechos de la mayoría de la población, y eso pasa necesariamente por votar a partidos de izquierdas, no a los que dicen que son de izquierdas como ocurre con el PSOE en España. O votamos correctamente, o en poco tiempo estaremos sufriendo las consecuencias de una economía neoliberal que sólo vela por los intereses de los ricos.

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Juan José Rodríguez Jiménez 24 de noviembre de 2023 at 17:04

Por algo Ferrovial trasladó su sede social Países Bajos. Podrán disfrazarlo con la milonga que quieran, pero la clave de su decisión está clara.

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Iluso 24 de noviembre de 2023 at 17:47

Co titula Domenico Lozurdo a uno de sus libros, la izquierda está ausente y ese vacío lo ocupan los de siempre con un falso discurso que dice favorecer » a los del país primero» , pero que omiten u ocultan concretar cuál es su política económica en relación con los poderosos

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Tomás 24 de noviembre de 2023 at 18:13

Podemos teorizar y estar de acuerdo en causas sociales pero creo que la verdadera causa del Trumpismo mundial está en la concentración de los medios de comunicación en manos del gran capital.
Estos medios van creando el relato y modelando las conciencias respecto de lo malo , marítimo que es lo publico…
Necesitamos leyes que nos protejan del abuso y concentración del poder mediático, estamos vendidos.

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Ramon Montes 24 de noviembre de 2023 at 18:26

Muy interesantes los hechos que describe, pero no se explica por qué ha ganado la ultraderecha habiéndose cometido este nivel de abuso contra una capa importante del electorado. Por qué razón han votado a su abusador? Esto es algo que abunda en este tipo de artículos, que no se explica la causa y solo se indican los síntomas.

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Carlos 24 de noviembre de 2023 at 19:44

Creo que la mayoria de los ciudadanos tienen una absoluta desinformación. Son como marionetas manejados por medios de comunicacion especialistas en la distraccion del «personal».
Un abrazo Juan

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Manuel Ruiz 25 de noviembre de 2023 at 10:25

¿NO habría que decir que ha ganado el liberalismo puro y duro? La ultra derecha es otra cosa parecido, pero otra cosa.

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José Luis 25 de noviembre de 2023 at 13:45

Argentina: tenía que pasar.

Un país con la actividad económica estancada, una inflación que supera el 142%, con cuatro de cada diez habitantes en la pobreza y reservas en mínimos. El paso de sucesivos gobiernos de izquierdas ha llevado a las más cuotas de miseria a un país que a finales del siglo XIX fue la primera potencia del mundo, por encima de Estados Unidos, Alemania o Reino Unido.

Pero ¿ qué pasó? ¿Cómo la economía argentina pasó de ser la más rica a la segunda más miserable del mundo en la actualidad (según datos aportados por Bloomberg), solo por detrás de Venezuela? La respuesta es sencilla: un proteccionismo exacerbado, acompañado de una buena dosis de gasto público, estatización y, en definitiva, socialismo.

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Rafael Bascón Moreles 25 de noviembre de 2023 at 19:51

La ultraderecha es el símbolo de la crísis del Sistema, su cara más esperpénticamente. Cuando les falla las cara liberal o socialdemócrata tiran de los fascistas y el miedo hace el resto. Las izquierdas son mantenidas en la orilla del juego político, en parte por sus propios egos y enfrentamientos para repartirse la miseria.
Necesitamos reflexionar como hace Juan pero además del por qué de las derrotas sobre cómo construir un nuevo Sujeto histórico que nos sitúe en la nueva era histórica que se está abriendo para crear un nuevo modelo político de democracia social y económica, de forma transversal y con unos objetivos transformadores y fraternales…

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manuel 25 de noviembre de 2023 at 21:21

Chapo profesor, pero mientras los facha-pobres no adviertan en la calle como proliferan los audis bmw y mercedes de mayor nivel al tiempo que envejece y aumenta el parque de los modestos vehículos, los hijos de trabajadores no se emancipan, la explotación laboral ilegal aumenta y no se hace cumplir la ley, a la derecha le viene bien utilizar y culpar a la inmigración para manipular a los ratones para que voten al gato, si, los políticos que se dicen de izquierdas también hacen su papel en esa deriva colectiva social, pero es cierto no están ahí para endulzarnos la vida, el pueblo y su falta de dignidad también tiene su culpa, parece mentira que no vean que los gatos cazan ratones, lo mismo es que les hacen creer que son gatos.

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José Luis 1º 26 de noviembre de 2023 at 20:35

«Por algo Ferrovial trasladó su sede social Países Bajos. Podrán disfrazarlo con la milonga que quieran, pero la clave de su decisión está clara.» dice acertadamente arriba Juan José Rodríguez Jiménez. Y yo añado que en el caso de España el Estado, el terrible Estado que todo lo puede, todo lo agosta y a todos arruina (el Estado gobernado por la izquierda es el culpable de la crisis argentina, dice arriba José Luis), no hizo nada por impedirlo o nada pudo hacer, tanto da. Y estaba gobernado por la malvada izquierda. Hemos de convenir que José Luis olvida que una cosa es gobernar el Estado de una nación y otra tener el poder en ella.

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Isabel Martínez Andújar 2 de diciembre de 2023 at 09:19

Soy analfabeta ,pero soy socialista ,le he seguido por las redes y le admiro.
Cada día me pregunte ó ¿ Hacía donde vamos?
Veo cada día en un pueblo pequeño como la ignorancia crece .
Tengo 76 años y me da miedo el futuro, la clase trabajadora no ve hacia donde nos llevan las políticas neoliberales .
¿Cómo personas como tú ,y otras, no están en la política para trabajar por la sociedad ?
Mi agradecimiento por sus artículos.

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Juan Torres López 2 de diciembre de 2023 at 09:48

Muchas gracias, Isabel. Sus palabras me honran y conmueven. Su afecto y apoyo es mi único patrimonio y me hacen sentir privilegiado

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Alberto Fernandez Fernandez 2 de diciembre de 2023 at 16:01

La lectura del siguiente titular publicado en ElDiario.es: “Milei entierra su promesa de combatir a la ‘casta’ argentina colocando a exministros de Macri en puestos clave”, invita a la reflexión. Aquel que gana las elecciones presentándose con un discurso antisistema resulta que es mas del sistema que nadie. No será entonces que la derecha, con Milei, ha ideado una operación de marketing para ampliar su mercado de votos y atraer a los insatisfechos que su propia política liberal crea. Un colectivo que crece rápidamente y que lógicamente debería votar por una alternativa de izquierdas si existiese. No le estará robando la cartera a la izquierda. ¿Por qué esa insatisfacción no es capaz de capitalizarla la izquierda? Podemos lo vio y triunfó, pero no supo mantener esa capitalización.
La izquierda ha dedicado muchos esfuerzos, con un elevado coste político, a aprobar leyes que aumentan los derechos. Si, pero que resuelven problemas sociales que no son precisamente de clase: el matrimonio gay o la ley LGTBI por ejemplo que afectan a colectivos muy concretos y de todas las clases. Incluso el divorcio, tal como está, en una sociedad desigual, pregunto ¿lo encaja igual una familia obrera que una familia rica? Yo creo que no. Creo que el divorcio, en argot económico, es un bien de lujo. Con esto no quiero decir que estoy contra estas leyes. Sólo digo que las podía haber hecho la derecha también. El divorcio es de UCD. Mas le valía a la izquierda centrarse en desmontar los axiomas del sistema liberal y defender los postulados económicos de la socialdemocracia en sus diferentes grados. Como por ejp.
“Los empresarios son los que crean empleo”. Curioso, porque cuando aumenta el desempleo la culpa, nos dicen, es del gobierno. Es como aquel, que jugando a cara y cruz y le dice al contrincante que si sale cara gano yo y si sale cruz pierdes tu. Pero además es que no es cierto. Los que mas empleo crean, incluso de empresarios, son los Presupuestos del Estado, Autonomías y Administraciones locales. No solo crean funcionarios, en contra de lo que nos quieren hacer creer. ¿Qué sería de FCC y otras muchísimas empresas, sin las contratas con las distintas Administraciones? En muchos casos el empresario es el intermediario entre el presupuesto de la administración que le financia y el consumidor. Y ya sabemos lo que pasa con los intermediarios.

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