Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López
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¿Qué es ser de izquierdas hoy día?

He recibido diferentes comentarios sobre mi artículo anterior en el que analizaba la responsabilidad de la izquierda en el ascenso de la extrema derecha. Algunos de ellos, no publicados en la web, me dicen que soy demasiado crítico diciendo que la izquierda ha perdido identidad como defensora de valores universales. Para tratar de explicar mejor lo que quería decir, voy a desarrollar el ejemplo que mencionaba en el anterior artículo.

Como dije allí, al escribir en mi último libro sobre la responsabilidad de las izquierdas en el ascenso del neoliberalismo se me ocurrió contabilizar sus diferentes corrientes.

Constaté que los principales partidos de izquierda españoles se definen como tales asumiendo que, precisamente por el hecho de serlo, son también feministas y ecologistas. Se puede comprobar fácilmente en los documentos de sus respectivos congresos o asambleas.

Sin embargo, es también muy sencillo constatar que, cuando un partido o una persona dicen ser de izquierdas, no siempre piensan o defienden lo mismo, no tienen las mismas ideas, principios y comportamientos, ni proponen políticas homologables o luchan por conseguir los mismos objetivos.

Entre otras que seguramente se me hayan podido escapar, la izquierda tiene variedades tan diversas como la socialdemócrata, socialista, marxista, autogestionaria, comunista, leninista, trotskista, anarquista, radical, populista, nacionalista, independentista, revolucionaria, indigenista, anticolonial, anticapitalista… Total, como poco, 16.

Decir hoy día que alguien es feminista tampoco aclara mucho. Se puede ser, defender, sentirse o estar de acuerdo con feminismos de muy  diferentes matices o concepciones: liberal, de mercado, radical, socialista, ecofeminista, cultural, de la diferencia, de la igualdad, comunitario, afrodescendiente, posfeminista, popular, lesbofeminista, queer, transfeminista, ciberfeminista, poscolonial, factual, anarcofeminista, provida, o científico, entre otras corrientes que quizá yo desconozca y haya dejado fuera. Hay economía feminista neoliberal y otra radicalmente contraria, por ejemplo. En total, pongamos, como poco, 21 formas de ser feminista.

No se quedan atrás los diferentes ecologismos. Hay, entre otros, liberal, conservacionista, ecomarxista, decrecentista, naturalista, tecnicista, estructuralista, radical, sociológico-político, gaianista, profundo, reformista, meliorativo, cosmético, equitativo, antiecológico, de los pobres, institucional, oficial, activista, conservacionista, ambientalista crítico, ecofeminista en general o de la supervivencia, ilustrado, social o materialista. Un total, como poco, de 27.

De ese cómputo y en función de las combinaciones posibles entre todas esas posibilidades o corrientes, se deduce que, en teoría, hay casi 10.000 formas posibles de ser de izquierdas (9.120, exactamente, tomando solamente en cuenta las 64 de partida que yo he registrado). Y eso, sin tener en cuenta que pueda haber diferencias según el orden o prioridad con que se asuma cada matiz. Es posible, por ejemplo, que quien se defina como anarquista, lesbofeminista y gaianista -por ese orden- se sienta diferente de quien lo haga como gaianista, lesbofeminista y anarquista.

¿Se puede decir, entonces, que hoy día existe una identidad de izquierdas que la gente normal y corriente pueda identificar como tal de modo preciso, inconfundible y perfectamente diferenciado de otras corrientes ideológicas?

Mi tesis es que esas 9.120 posibles maneras (como poco) de ser de izquierdas indican que éstas han perdido justamente su identidad común, provocando que el término «izquierda» deje ser un concepto con significado unívoco y perfectamente distinguible y apreciable, como debiera ser el que se proponga vertebrar un relato emancipador de todos los seres humanos.

Como he repetido muchas veces, la pérdida de esa identidad se ha producido porque todas esas 16+21+27= 64 diferentes expresiones de la izquierda (como poco) han renunciado a tener como señal de identidad lo que le es común. O lo que les debiera ser común, los ideales tradicionales vinculados a la liberación de los seres humanos: libertad, justicia, igualdad, paz, derechos humanos, bienestar, seguridad, soberanía, hermandad, cooperación, defensa de la vida… de las generaciones presentes y las futuras Han preferido mostrarse, cada una de ellas, como singulares y expresión de una particularidad, sea cual sea esta: el enfoque, una concreta atención prioritaria, su diferente grado de radicalidad, o cualquier otro rasgo distintivo.

Además, la causa de la pérdida de identidad común se produce, a mi juicio, porque esas 64 variedades y las 9.120 posibles formas (como poco) de combinarlas entre sí no se han constituido como expresiones de diversidad, un componente que, en su nivel óptimo, enriquece y acelera los procesos de cambio. Por el contrario, se han conformado como auténticos compartimentos estancos entre los cuales, en la mayoría de los casos, hay desunión, incomunicación, falta de entendimiento, animadversión, desprecio y, a veces, hasta piolets o fusiles para acabar unos con la vida de otros. Esto último, casi siempre, en masculino; todo hay que decirlo. Aunque los enfrentamientos no precisamente cordiales entre corrientes feministas también muestran que las mujeres no han sido capaces, todavía y por desgracia, de deshacerse ni de los modos típicos del viejo comportamiento patriarcal, ni del virus competitivo y fragmentador más moderno que esparce el neoliberalismo.

Las consecuencias son fácilmente deducibles: se desmorona el atractivo de la izquierda, su capacidad de seducir a la gente corriente y, en consecuencia, su poder o capacidad para poner en marcha procesos de transformación social profunda que sólo pueden darse hoy día, cuando el poder del capital está más concentrado que nunca, agrupando a amplísimas mayorías sociales en torno a ideales de una gran transversalidad o de especie.

No sé si a otras personas les pasa igual, pero a mí no sólo no me atrae nada, sino que me resisto a tener que elegir entre esas 9.120 posibilidades; no encuentro riqueza alguna en formar parte de alguno de esos cajones estancos. Si acaso, me interesa picotear, aprender, colaborar y llenarme de lo bueno que encuentre en todos esos matices. E incluso en otros que habitualmente no se consideran «de izquierdas» pero que promueven el respeto, la libertad, la justicia y la paz y ayudan tanto o más a mejorar en la práctica la vida de los seres humanos. Es por eso por lo que me parece que, quienes se consideran de izquierdas y principalmente sus dirigentes, deberían preguntarse qué es ser de esa condición hoy día. Yo no tengo clara la respuesta. He decidido rechazar las etiquetas y prefiero considerar que «los míos» no son los que llevan una u otra, sino las buenas personas y quienes, como he dicho, actúan con generosidad para mejorar las condiciones de vida de sus semejantes, sea cual sea el camino que hayan elegido para ello.

23 comentarios

Antonio Molines 1 de junio de 2024 at 10:23

Muy de acuerdo contigo, Juan. En medio de esa barahunda, ¿cómo va votar la gente «normal», el pueblo llano, a esas opciones presuntamente de izquierdas, pero bastante estrafalarias? Que, además, no aportan soluciones eficaces a los problemas reales de la gente. Luego se sorprenden de que el pueblo, confundido y desesperado, vote a quienes, desde la ultraderecha, les engañan con soluciones fáciles y embusteras. Parece absurdo, pero resulta inevitable

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Acacio Puig 1 de junio de 2024 at 13:43

Efectivamente demasiados «matices» para tan poca acción transformadora y tan escasos puentes de debate fraterno y que preserve la unidad de acción.
Islotes narcisistas que se auto justifican. Abrazos.

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Aurelio Peláez Morán 1 de junio de 2024 at 15:49

Cien por cien de acuerdo. Como se dice en otro comentario, lo peor es que la confusión creada alimenta a la extrema derecha, con su egoísmo disgregador y sus soluciones fáciles.

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Copitodenieve 1 de junio de 2024 at 17:08

«He decidido rechazar las etiquetas y prefiero considerar que «los míos» no son los que llevan una u otra, sino las buenas personas y quienes, como he dicho, actúan con generosidad para mejorar las condiciones de vida de sus semejantes, sea cual sea el camino que hayan elegido para ello». En este apartado entramos millones.
Buen resumen.
Un saludo

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Rosario Muriel Codes 1 de junio de 2024 at 17:31

Totalmente de acuerdo!! Hace tiempo que observo que la izquierda está totalmente perdida en distintas identidades, partidos y es más en antiguos dirigentes del siglo pasado.
Esa pregunta la he realizado a quien quiera responderme
Definir que es ser de izquierdas en pleno siglo XXI.
Un saludo Juan agradecida de sus artículos bastante interesantes en las que voy aprendiendo temas que enriquecen mi intelecto

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Francisco Altemir 1 de junio de 2024 at 19:23

Juan, creo que lo importante es hacerse preguntas continuamente, las respuestas serán infinitas como infinitas son las circunstancias en el espacio y en el tiempo. «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la cambio a ella no me cambio yo» (Ortega y Gasset) . Con eso entramos en el campo del relativismo. Hace años me pregunté ¿cuál fue el Primer Reich? El Tercero es sobradamente conocido. El segundo corresponde al Emperador Guillermo de Prusia y su Mariscal Von Bismarck., el «Canciller de Hierro»
En cuanto al primero tengo dos versiones propias: el «Sacro Imperio Romano Germánico» que asoló Europa con innumerables guerras político-religiosas.
Con anterioridad la República Romana (inspirada en la filosofía) fue traicionada por Julio César dando lugar al cesarismo y a las pirámides de poder que llegaron a contagiar al «movimiento cristiano» opuesto en el principio a pirámides y escalafones y que sigue perdurando en los 2imperios occidentales diversos» (políticos, religiosos, económicos, deportivos, musicales…) . Tienen una característica común : sistema piramidal de niveles de poder. ) de tal forma que el hombre (hecho a imagen y semejanza de Dios) se ve reducido a un simple escalador que mira alrededor en busca de «enemigos» que le arrebaten el escalón. (Dentro de media hora el Real Madrid defiende su montañita),

Somos marionetitas manejadas por una mano invisible.

Las derechas echan la culpa a los demás de sus miedos y «mareos». Las izquierdas buscan con ardor la solución para todos.

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Jose 1 de junio de 2024 at 19:57

Ya dije anteriormente que ser de izquierdas o de derechas es antiguo. Son conceptos superados. Si hubiera que sintetizar la pregunta sería, ? eres globalista o soberanista ? Defiendes la agenda 20 30 o antepones a tu pais y tu cultura a esa agenda plutocrata?

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José Gómez 1 de junio de 2024 at 20:07

Yo me identifico con Diego Ruzzarin que ha tratado el tema de izquierda/derecha en varios de sus vídeos y artículos con absoluta claridad y argumentación, como en https://youtu.be/24mIDhH_EGE?si=oaFPwJJpj2gzYmBK y otros muchos que se pueden ver en YouTube.
Estoy de acuerdo en que la izquierda es lo contrario del capitalismo y eso puede tener distintas fórmulas y grados pero sin ese tronco básico no hay izquierda, todo lo más una forma de progresismo.

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Manuel Sánchez Aguado 1 de junio de 2024 at 20:43

Hay más formas de ser de izquierdas que personas de izquierdas.

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José Luis 1º 1 de junio de 2024 at 20:54

Ser de izquierdas significa ser antisistema y proponer otro viable y mejor que lo sustituya. Lo primero, la crítica al sistema, está hecha , y científicamente, desde hace 170 años pero lo segundo está en nebulosa: la Comuna de París sólo duró unos meses y la URSS sólo significó la constatación de esa nebulosa. En conclusión: 10000 izquierdas que vagan cual fantasmas .
Nuestro generoso anfitrión no tiene la solución, yo tampoco ni creo que nadie la tenga. Creo que sólo la gente del común, la que no está corrompida por el poder, la tiene. Por eso propongo que lo que importa no es la solución sino el camino, la participación de esa gente en la política, a través de los partidos políticos.
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Y “Tu verdad no, la verdad. Y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela”-
Entretanto la gente se conciencia hago lo que puedo que es nada. Confío en el refrán: “No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista”

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Juan María Casado Salinas 1 de junio de 2024 at 22:42

Muchas gracias por tu brillante artículo.El infantilismo de izquierdas es una constante histórica. El narcisismo de sus infinitos líderes favorece está continua división de la división. Yo creo que abre la crisis sistémica del capitalismo lo más práctico es apoyar al PSOE, el único partido que en 145 años ha cometido muchos errores pero ha hecho avanzar los derechos de los españoles y no ha cambiado de nombre. Obviamente los avances feministas y sobre libertades son necesarios, la lucha contra el desastre climático es necesaria, la defensa de los palestinos y ucranios es necesaria pero ya son asumidos por la mayoría y no creo que se deba insistir sobre ellos en los mensajes, a mi me gustaría que el PSOE simplificara su programa, centrándose en lo más importante que es la lucha contra la desigualdad y la defensa de los servicios públicos y los derechos de los trabajadores.

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Dragonfly 2 de junio de 2024 at 03:24

Saludos. Para ampliar el debate sugiero leer la entrevista que le hacen en elviejotopo.com a Manolo Monereo. Concuerdo con su apreciación, profesor. Les deseo lo mejor.

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LEANDRO SEQUEIROS 2 de junio de 2024 at 07:23

Desde mi punto de vista una cosa es «un partido que se da a si mismo la etiqueta de izquierda» y otra cosa es ser una persona que tiene una concepción del mundo determinada. Una concepción del mundo que considera que el gran problema del sistema tierra es la DESIGUALDAD ESTRUCTURAL de los seres humanos debido a una concepción ECONOMICISTA de la sociedad. El DINERO (condicionante del PODER) genera desigualdad, individualismo, insolidaridad, enfrentamiento, competitividad y marginación del ser humano del propio sistema de creencias.

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Carlos Herranz Martin 2 de junio de 2024 at 09:22

Como decía un viejo anuncio de afeitadoras «O te afeitas o te dejas la barba». En política, o eres de derechas, economía de mercado, o eres de izquierdas, economía socializada. El resto son carantoñas para ocultar algo. Los centros sirven para explicar problemas de geometría. En la política no sirven para nada. Bueno si, sirven para que la economía de mercado, continúe destruyendo este planeta.

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Jano 2 de junio de 2024 at 11:00

10.000 formas de «izquierdas» que se cierran en una:
O eres firme defensor de la economía social, de los servicios públicos, de todo lo que evite el daño al medio ambiente o de lo contrario.
Y siempre lo primero: vivienda, salud, educación, y alimentacion. PRIMUN VIVERE. DEINDE PHILOSOPHARE.
O eso, o la barbarie liberalfascista.
No es tan difícil….para una inteligencia media no obcecado con digresiones inútiles…..

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Mario Plaza Delgado 2 de junio de 2024 at 11:11

Buenos días. No estoy muy contento. Y con esta entrada tampoco. ¿Para oponernos a lo que existe tendríamos antes que ponernos de acuerdo? ¿Se necesita algo así como una esencia mínima o una identidad del ser de izquierdas? ¿Hay identidad de alguna cosa? ¿Añoramos que de algunas cosas no la haya, cuando sería tan necesaria? Incluso Frantz Fanon, en las páginas 20 y 61 de mi edición de FCE de Los condenados de la tierra, con un objetivo tan claro contra el colonialismo, constata y analiza el porqué de las luchas fratricidas de las diversas tribus y fracciones. Como si hubiera que contar con ello.

Tal vez fuera mejor partir con humildad del origen en la Convención del término Izquierda como aquellos que se sentaban en determinados asientos y que tenían en común interpretar que no eran las personas sino el sistema, el orden jerárquico, el que era el responsable de los problemas. Das Ungeformte ist Produkt der gesellschaftlichen Form. Lo informe, los problemas, lo deformado, es producto de la forma social. La necesidad, las desigualdades, la exclusión, la falta de democracia, el agotamiento de los recursos, la injusticia, etc. En eso podemos estar de acuerdo, Lo mismo no es tan necesaria la unidad que es preceptiva en las organizaciones conspirativas, en las que tampoco se da. ¡Ánimo, un esfuerzo más para ser republicanos!

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Manuel 2 de junio de 2024 at 13:47

Gracias Profesor.
Podría leerlo la persona, que en una ocasion dijo haberme visto el plumero.
Bueno es mirarse hacia dentro de vez en cuando, y descubrir hasta que punto se puede estar polarizado en una idea, que te puede convertir en fanático sin ser consciente de ello, y eso sí que es nefasto el fanatismo ciega la mente y aísla lo humano.

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Isidoro 2 de junio de 2024 at 19:08

Para mi ser de izquierda supone dos posicionamientos fundamentales.
Uno, en relación con la economía, en el que prevalece el valor del trabajo y no el del dinero. Es muy simple, la derecha defiende los intereses de la gente con dinero, para que paguen menos impuestos.
Y el segundo, como bien se ha dicho, prevalecer la gestión pública sobre la privada.
El resto de conceptos, son circunstanciales.
Parece increíble que, siendo la mayoría social, de limitados recursos económicos, pueda haber partidos de derecha ganadores, cuando no defienden los intereses de los trabajadores. Lo cual demuestra la eficacia de las políticas de la derecha, mintiendo, insultando y degradando la vida política. No les interesa enfrentar ideario. Perderían.
Es preferible tergiversar, mentir, y hablar de aspectos sin interés económico, como la bandera, el patriotismo y fomentar el nacionalismo casposo y retrógrado.

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Eugenio alberto Rodríguez martin 3 de junio de 2024 at 07:57

Gracias por el debate
Muy interesante
Creo que falta una valoración positiva de ese pluralismo.
Creo esencial que haya más dialogo

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Jose Manuel Ferrero Iglesias. 3 de junio de 2024 at 08:03

En lugar de 1.920 alternativas yo solo tengo una y se llama la CLASE OBRERA. En España hay 21.000.000 afiliados en la Seguridad Social, 2.700.000 parados y 10.000.000 de pensionists, total 33.700.000. La creacción de esos 9.120 es acción del vcapitalismo para fragmentar la fueza de la UNIDAD DE LA CLASE OBRERA.Yo propongo a esos 33.700.000 de votantes asalariados, parados y pensionistas que no nos dejemos engaññar más veces y concentremos nuestros votos en una sola candidatura que defienda el trabajo y el salario dignos, no me gusta que en España el 8% de españoles tenga el 56 % de la riqueza; la sanidad, las pensines, la educación y la atención a la dependencia, lo que son los derechos constitucionales tienen que ser públicas. No milito en ningún partido, pero recomiendo en votar a la candidatura de trabajo Yolanda Diaz porque ha sido y es la mejor inistra de trabajo de todos los que ha habido. Los votos de la CLASE OBRERA se los merece.

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Leandro Piedra Muñoz 3 de junio de 2024 at 11:58

Buenos días Juan. Excelente articulo, para reflexionar los que decimos ser de izquierda, sobre todo cuando gobiernan los «nuestros», ya que cuando gobierna la derecha las calles se convierten en un verdadero contrapoder.

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Wenceslao 4 de junio de 2024 at 10:03

«Divide et impera» es la mejor estrategia que se puede aplicar para tener controlada a la muchedumbre, ya lo ha dicho el Sr. Jose Manuel, En España hay 21.000.000 afiliados en la Seguridad Social, 2.700.000 parados y 10.000.000 de pensionistas, total 33.700.000. La creación de esos 9.120 es acción del capitalismo para fragmentar la fuerza de la UNIDAD DE LA CLASE OBRERA, pero es que ya sea ha demostrado y teorizado sobre como «idiotizar a la la masa», Goebbels Principio de la regularización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”..NOam Chomsky Mantener al pueblo en la ignorancia en la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases inferiores debe ser de la peor calidad, de manera que la brecha de la ignorancia, que separa las clases inferiores de las clases superiores, sea y permanezca incomprensible para las clases inferiores. Con tal discapacidad, incluso los mejores elementos de las clases inferiores, tienen poca esperanza de destacar sobre los demás en el estrato social que les ha sido asignado en la vida. Esta forma de esclavitud es esencial para mantener un cierto nivel de orden social, paz y tranquilidad para las clases superiores dirigentes. RECORDAR que en ahora mismo los mayores defensores de la guerra entre la OTAN y Rusia son los mal llamados partidos políticos de Izquierda e incluso los que mas apoyan a el agresor Israel. Ahora mismo en España no hay ni un solo partido político que soporte ser denominado SOCIALISTA, no se defiende la colectividad solo el individualismo=capitalismo

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Senior citizen 10 de junio de 2024 at 01:20

Yo creo que, en este momento, lo que mejor distingue a la izquierda de la derecha es su postura ante la inmigración. Para mí, quien rechaza el derecho de una persona a buscar en otro país lo que no encuentra en el suyo, no puede ser de izquierdas se llame como se llame el partido al que vote.

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