Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

¿Quién arruina a las pequeñas y medianas empresas que crean empleo?

Uno de los mayores problemas que tienen las pequeñas y medianas empresas españolas (que representan más del 80%  del empleo de nuestro país) y los trabajadores autónomos es que las administraciones públicas le deben una gran cantidad de dinero: 35.000 millones de euros a las pymes y unos 15.000 millones a los autónomos

 

Esa deuda es una losa gigantesca con la que es muy difícil por no decir imposible que levanten cabeza estos empresarios. Algo que sería muy necesario puesto que crean casi el 90% del empleo nuevo que se genera en España.

 

La mayoría de los empresarios y empresarias que conozco echan la culpa de esa deuda al Estado, como si éste no les pagara por capricho, creen que su enemigo es el gasto excesivo que hacen las administraciones públicas y reclaman en compensación no pagar IVA mientras no cobren dichas cantidades. Esto último me parece justo como solución transitoria pero no creo que esa sea la mejor a medio y largo plazo ni la que más convenga a estos empresarios. Y lo que me extraña es que, estando acostumbrados a hacer números, no se hayan dado cuenta de que hay otra fórmula más justa y eficaz para que sus empresas y el conjunto de la economía salgan adelante mucho más satisfactoriamente.

 

Como he dicho, la deuda total con autónomos y pymes es de unos 50.000 millones de euros. Pues bien, según los técnicos del Ministerio de Hacienda que de esto son los que más saben, la evasión fiscal de las grandes empresas y grandes fortunas españolas fue de unos 42.711 en 2010. Es decir, que simplemente logrando que los más ricos de España pagaran como los demás podría saldarse la deuda que atenaza a estos empresarios en un solo año y evitar que volviera a repetirse en el futuro. 

 

Claro que la cosa no puede terminar aquí. El fraude de las grandes fortunas y grandes empresas es el 75% del total mientras que el de las  pymes (que constituyen el 97% del tejido empresarial español) representa el 17% y el de los trabajadores autónomos el 8,6%. Es mucho menos que el de los más ricos pero también hay que acabar con él porque no es justo que prácticamente solo los asalariados de menor renta sean los que estén libres de pecado fiscal.

 

Es una prueba más de que la solución ante la deuda que proponen los neoliberales, recortar gasto público y especialmente el de carácter social, no es la única ni la mejor. Cuanto menor sea este gasto, menos demanda tendrán las pequeñas y medianas empresas y los trabajadores autónomos y peor será su situación. Por el contrario, acabar con la evasión fiscal es mucho más expedito, más eficaz y menos oneroso para las propias empresas y para el conjunto de la sociedad.

 

Si no se hace asi, porque siga predominando la estrategia de reducir la inversión pública y el gasto social (para que los ricos tengan que pagar menos impuestos y no haya dinero suficiente para financiar los servicios públicos y se privaticen más fácilmente) las consecuencias serán nefastas para todos: las pequeñas y medianas empresas y los autónomos que viven de este gasto perderán actividad y terminarán cerrando y destruyendo empleo.

 

Así que estos empresarios que se quejan con mucha razón de esta deuda no deben llevarse a engaño. Su enemigo no es la actividad pública (que es la que les proporciona el capital y las infraestructuras que necesitan y que ellos no podrían fiananciar por sí mismos) sino las grandes empresas y grandes fortunas que evaden sus obligaciones con el fisco.

10 comentarios

martu 17 de febrero de 2012 at 10:35

Cuando economistas,peridistas,técnicos,políticos, nos presentan una evidencia tal como la evasión de impuestos, cuando esto es una situación que se prolonga en el tiempo sin que se haga gran cosa solucinarlo de raiz,cuando nada es nada,cero,entonces hay que parar también y no hacer nada, mucho tiempo sin hacer nada, indefinidamente sin hacer nada, parar en seco, en silencio.

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Isabel 17 de febrero de 2012 at 14:54

Sr. Torres. Le sigo y con mucha atención y sólo me ha alarmado -de ahí el comentario- lo que dice sobre los autónomos: «…trabajadores autónomos el 8,6%. Es mucho menos que el de los más ricos pero también hay que acabar con él porque no es justo que prácticamente solo los asalariados de menor renta sean los que estén libres de pecado fiscal….»
Fatal las generalizaciones porque hay casos en que no ganan ni para pipas y aunque se tenga que contribuir a la sociedad no es a costa de la propia vida, eso es absurdo. Eso nos ha llevado a la ruina a mucha gente (yo he estado en los dos lados, asalariada y autónoma pero me he caído del caballo porque no puedo pagar más de lo que cobro. O quedarme sin poder pagar un techo sobre mi cabeza.) Hay todo un sector de economía sumergida (ciertos casos de autónomos y de gente que va tirando de trabajitos) que sólo ganan para ir subsistiendo. Véase cuidado de enfermos, de niños, tareas de limpieza del hogar, clases privadas y un largo etcétera. ¿Penalizar a una gente que busca apaños para poder comer? Eso sería una condena y una barbaridad.

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Rosa Benítez 17 de febrero de 2012 at 17:15

La ruina vendrá ahora que el Gobierno quiere recaudar en impuestos los despilfarros de los empleados públicos y de los políticos. Me parece que poco racaudarán, es que no se puede gastar pensando que otros paguen los créditos. Los bancos se han pasado de ingenuos.

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Rober 17 de febrero de 2012 at 18:57

Soy autónomo, soy uno de esos que han generado nuevo empleo hace poco con esta fórmula.
Dos matices a lo que comentas, Juan. Lo primero, la solución de no pagar IVA de forma transitoria, que como bien dices es una solución pasajera… pero para algunos. La gente que está sujeta a recargo de equivalencia no hace declaraciones de IVA y por tanto, poca solución les reporta.
En segundo lugar, el tema del fraude. Es una vergüenza el fraude de las grandes fortunas y capitales, pero esto no nos tiene que impedir criticar un mal diseño del sistema tributario que permite la elusión fiscal a los moduleros.
Finalmente decir que me apena mucho la actitud de los representantes de las PYMES y estas cúpulas empresariales, y también la actitud de muchos miniempresarios, o trabajadores por cuenta propia, que no ven más allá de sus ojos y que con una admón fuerte, una reactivación del consumo y una seguridad fiscal del Estado les daría una seguridad y estabilidad económica que de otra forma creo que no pueden ni soñar.

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elena 17 de febrero de 2012 at 22:24

Y no solo la actividad pública «les proporciona «el capital y las infraestructuras que necesitan» a pymes y autónomos. Es que además es una parte muy importante de su demanda.
O sea, que aunque con las medidas de austeridad se consiguiera dinero para pagarles lo que se les debe, es a cambio de no volver a contratar a muchos de ellos.

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Blanca Lusilla 18 de febrero de 2012 at 00:06

Te agradecemos que nos enseñes a hacer bien las cuentas. Muy interesante.

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Alberto Fernandez 18 de febrero de 2012 at 15:27

Cuando oigo o leo a alguien citar a los pequeños empresarios y emprendedores de no se sabe bien qué, como salvadores de la crisis, no lo puedo remediar, me pongo a temblar. Inmediatamente en mi memoria aparece una ferretería que había en el barrio, en la que sus empleados con una bata marrón de ínfima calidad, pasando frío y con una luz tenebrosa despachaban de 9 de la mañana a 8 de la tarde, cobrando salarios de hambre. El empresario puso más ferreterías y se dedicó a comprar no ya pisos, sino portales enteros. Estaba forrado como se decía entonces. Pero sus trabajadores ¿Qué derechos o qué posibilidades de promoción o de formación, tenían?. Esa era la tónica extendida en el comercio minorista. Menos mal que aparecieron los “Leroy Merlín”, “Alcampo”, “Carrefour”, “Mercadona” y “El Corte Ingles” entre otros.
Un economista, premio nobel, americano publicaba hace poco un artículo en el que decía que Steve Jobs, icono de emprendedor, había hecho muy poco por el empleo en América. Eso si, creó 700.000 puestos de trabajo en China. Sin embargo la decisión de Obama de salvar General Motors si supuso la salvación no sólo de la empresa sino del sector. Con lo que se salvaron una enorme cantidad de puestos de trabajo.

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Carmen 19 de febrero de 2012 at 10:27

Isabel, creo que afirmar que el fraude de autónomos rodea al 8,6% es mucho menos que generalizar y decir que » hay todo un sector de economía sumergida que sólo ganan para ir subsistiendo…» sí es hacerlo en toda regla, así que tengamos todos cuidado.
Saludos

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Pilar Almagro 19 de febrero de 2012 at 15:43

Apreciado doctor Torres, como empresaria manejo dos cuentas de explotación, la de los números y la de la reputación de la empresa. Ninguna de las dos me ha de dar negativo. El actual Estado no cumple las leyes que exige cumplir a los demás y eso le da muy negativo en su cuenta de explotación de la reputación, y como consecuencia, de la otra.
En los últimos años hemos visto como el Estado ha hecho inmorales tratos de favor que visten de legales a la banca. Vemos al Estado azuzando a los inspectores de Hacienda o de Trabajo para que multen cuanto puedan a las Pymes que aún pueden pagar, olvidando la escandalosa economía sumergida que tantísimo daño hace a las empresas legales. Y, como usted bien dice, sufrimos el impago sistemático del Estado por los bienes y servicios consumidos -sin que pase nada porque no se condena a sí mismo- debiendo adelantar además el 18% del IVA al emitir la factura de lo que no se sabe cuándo se cobrará.
El Estado no lleva bien sus cuentas de explotación: ni la de los números ni la de la reputación. Si se le aplicaran las leyes que se nos aplican a los demás, estaría imputado y condenado ¿A qué derecho moral puede apelar para concitar fuerza y entusiasmo comunitario para salir juntos de ésta?

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Pilar Almagro 19 de febrero de 2012 at 17:37

Apreciada Isabel, entiendo lo que dice pero no lo comparto. No se puede justificar la economía sumergida en «más vale eso que nada» porque lo que está sucediendo es que cada vez hay más economía ilegal y menos economía legal, de la que paga impuestos. Le contaré mi caso. Uno de los departamentos de mi empresa se dedicaba a mantenimiento de edificios, ciertamente solo facturaba 1,2 millones de euros, pero daba trabajo a bastantes personas y este año 2012 he decidido cerrarlo ante la imposibilidad absoluta de seguir compitiendo con personas que no pagaban IVA, ni IRPF, ni cuotas a la Seguridad Social. Personas ante las que tanto los sindicatos como la Inspección de Trabajo hacen la vista gorda incluso si no cumplen ni las más elementales normas de seguridad laboral. El resultado neto es que el estado deja de cobrar los impuestos de una actividad de 1,2 M € y en cambio tendrá que pagar el desempleo a varias personas más. O somos legales todos o no lo somos ¿no sería mejor que sus impuestos y los míos fuera factible pagarlos?

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