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4 comentarios
Y tienen toda la razón esos libros de texto: es la escasez, pero la escasez de vergüenza
Me gustaría exponer una idea que hace mucho tiempo que le doy vueltas. Es ésta:
– ¿No habría que imponer una limitación al enriquecimiento personal?
No importa cuál sea este límite, 100 millones, 500 o 1.000, pero creo que debería de establecerse un límite al enriquecimiento personal. No creo que esta medida atentara contra ninguna libertad individual: los coleccionistas de dinero podrían seguir practicando su afición preferida con entera libertad y sin restricción ninguna. Ahora bien, rebasado el límite establecido, estarían obligados a REGALAR el sobrante a quienes deseen: a familiares, ONG’s, a su vecino, al primero que pase por la calle o a quienes gusten…, quizá a su peor enemigo. ¿No hay limitaciones de velocidad en las autopistas? Pues lo mismo pero respecto a la riqueza. La limitación debería ser estrictamente individual. Cómo se defina el concepto de riqueza es cosa de economistas.
En resumen: ESTABLECER UN LIMITE AL ENRIQUECIMIENTO PERSONAL. 100 millones de dólares, 500 o 1.000. Da igual. Lo importante es que exista esa limitación. Supongo que el problema es quién el pone el cascabel al gato. ¡Ideas ingenuas al poder!
Estoy con Jordi Doménech. Lo había pensado alguna vez.
Y hablando de dinero (y a otro nivel). ¿Es justo que mientras la gente lo pasa como lo pasa, haya políticos ganando cuatro o cinco sueldos? Por citar el último que ha saltado a la prensa, el de Alicia Sánchez Camacho. También se podría regular de modo que ganase sólo uno. Es dinero nuestro. Dinero público.
Infografías interactivas e imprescindibles (hasta donde llego y con los datos a que tengo acceso )… ¿vivimos en un esquema de Ponzi?… ;-)